
Dios, como inteligencia infinita o suprema, es lo que es. No ofrece asidero para especulaciones ociosas o definiciones imaginativas. El hombre El Libro de los Espíritus 18 debe mantenerse dentro de los límites de sí mismo, preocuparse por sus imperfecciones, mejorar… Le basta con saber que Dios existe y que es justo y bueno. De esto el ser humano no puede dudar, pues “por la obra se conoce al obrero”, y la Naturaleza misma atestigua la existencia de Dios, su propia conciencia le está diciendo que Él existe y la ley general de la evolución comprueba su justicia y bondad. Afirmaba Descartes que Dios está en la conciencia del hombre como la marca del obrero en su obra.
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